[Parece ser que he vulnerado algún tipo de derecho de autor de Estados Unidos, cuya legislación, desgraciadamente, no conozco, al poner dos imágenes normales de mapas de Europa, con la localización de Holanda. Para evitar más problemas, he suprimido esas dos imágenes].
Antes que nada, no va a ser tan largo como el de Grecia (para vuestro alivio, supongo). Fueron tres días, así que nos dio tiempo a bien poco. Lo primero: ¿qué hacía yo en Holanda? A ver: mi madre tenía que llevar un libro a una exposición en Rotterdam, así que yo la acompañé. Después de hacer lo que tenía que hacer allí tuvimos unos días libres, y ahí es cuando aprovechamos.
Tampoco voy a hacer una introducción tan enorme como la de Grecia. Brevemente, Holanda está situado, como veréis en el mapita, al norte de Bélgica y al oeste de Alemania. La capital oficial de los Países Bajos es Ámsterdam. Dice la Wikipedia que Holanda se divide en Holanda Meridional (cuya capital es La Haya) y Septentrional, pero no os voy a hacer un lío y de paso a hacérmelo yo. El idioma oficial es el holandés (o neerlandés, más información en la Wikipedia), que se parece muchísimo al alemán (al menos, a simple vista). Pero se defienden estupendamente con el inglés (de hecho, siempre que preguntábamos nos respondían en un inglés correctísimo, estupendísimamente pronunciado y además muy amablemente).
Los días:
3 de noviembre. Madrid-Ámsterdam-Rotterdam
En Ámsterdam nos recogieron y nos llevaron a Rotterdam en coche (una hora más o menos). Allí fuimos al museo en el que teníamos que dejar el libro. Es curioso que yo también figuraba junto a mi madre (como "daughter" xD). Después nos dio tiempo a bien poco porque a las cinco y pico empieza a anochecer y la gente se va a su casa. A las siete ya es de noche.
Otra cosa que nos llamó la atención fue la cantidad de bicis que había (en Rotterdam y en Ámsterdam). Las calles están perfectamente preparadas para ellas (no como aquí). En Rotterdam, y también en Ámsterdam hay, además de la enorme cantidad de bicis, tranvía, metro y autobuses (claro).
Las bicis
El día 4 de noviembre fuimos al museo, donde vieron cómo estaba el libro y tal (es curioso ver cómo es una exposición "desde dentro", es como un rodaje) y luego lo colocaron, con muchísimo cuidado, en una vitrina (hablamos de un libro, si no recuerdo mal, del siglo XV o XVI). Después fuimos a la estación de tren y allí cogimos uno que nos llevó a Ámsterdam. Los trenes se parecen a los de cercanías de Madrid, aunque los asientos son más acolchaditos, hay más espacio entre cada uno... Bueno, pero tampoco es muy importante.
¡Qué pedazo de -como diría la de Historia del Arte xD- semáforo!
Ya en Ámsterdam, fuimos al Museo Van Gogh (en el que no aceptaban el carné de estudiante ¬¬), en el que encontramos cuadros de más pintores cuando menos te lo esperabas (impresionistas, sobre todo). Además vi unos cuadros de Van Gogh de los que nunca me habían hablado: por la época de Van Gogh, por si no lo sabíais, creció el interés hacia los elementos de Oriente (pinturas, etc.), y Van Gogh hizo versiones de pinturas japonesas conocidas. Luego me compré una lámina de un cuadro suyo de unos almendros. Precioso. Además, vimos su autorretrato y los girasoles, claro. Después dimos una vuelta pero, otra vez, se nos hizo de noche en seguida. Fuimos a un mercadillo conocido pero ya estaba cerrando (y no eran ni las seis).
Un paisaje típicamente otoñal
Al día siguiente, 5 de noviembre, dimos un paseazo por la ciudad. Volvimos al mercadillo y compramos varias cosas, pues estaba todo tirado de precio y no era malo, precisamente. Después, andando, fuimos a la casa de Ana Frank. Aunque el camino fue algo largo, era agradable porque íbamos pasando por los canales de la ciudad (pues tiene muchos: es conocida como "La Venecia del Norte"). La casa de Ana Frank (no sé por qué, pero no sabía que estaba en Holanda) está restaurada de tal forma que parece más un museo que una casa. Se van atravesando las salas y algunas son las habitaciones (sin amueblar, por voluntad del padre) y otras tienen cosas expuestas (como un museo -de hecho, es un museo-). En ese sentido, aunque impresiona (ahí estuvieron), también me decepcionó un poco porque podía ser pero también podía no ser la casa de Ana Frank.
Los canales
Después fuimos a la plaza Dam (como la Plaza Mayor aquí, en Madrid; era enorme). Es curioso que, al volver y al preguntar cómo se iba al Museo Van Gogh (nuestro punto de referencia) nos decían que era un paseazo, que era mucho tiempo, que cogiéramos el tranvía... ¡Y eran unos veinte minutos! Claro, como ellos van en bici a todas partes... Es curioso también que, al cruzar la calle, tienes que ir por partes: primero, las bicis, y luego, los coches y los tranvías.
Más de lo mismo, que no deja de ser precioso
La plaza del Damm
Y nada más. Fuimos al aeropuerto (qué pesaditos con los líquidos, etc.; la maquinita me dio el asiento que le dio la gana -no sé para qué pregunta-...), cogimos el avión (que se retrasó un poco ¬¬) y volvimos a Madrid.
Espero que no os hayáis aburrido mucho, si es que lo habéis leído. Qué bonitas las fotos, ¿no? Claro, como no salgo en ninguna...