Y aquí estamos

Hoy es la víspera del último examen. El último examen y se habrá acabado todo. Por fin, porque me agota bastante. Así que voy a escribir un poco con la banda sonora de Little miss Sunshine, que por fin he conseguido rescatar del ordenador "principal" (por eso no la encontraba). Por cierto, la mayoría de las canciones son de Devotchka, grupo que estuve escuchando el otro día en Spotify (el último disco no merecía mucho la pena, pero el anterior, sí, aunque muchas de las canciones son las que aparecen en la película). Que por cierto, en Spotify tienes prácticamente todas las canciones a tu disposición, pero llega un momento en que no sabes qué escuchar, ¿verdad? El otro día probé suerte con Carla Bruni, cuyo último disco tampoco era gran cosa... De hecho, solo unas pocas canciones suyas merecen la pena (a ver si suben de una vez la de Quelqu'un m'a dit para el Ultrastar, porque es la mejor de todas). También escuché al rapero francés Mc Solaar, pero... me sigue gustando solo la de La belle et le bad boy, que aparecía en el último capítulo de Sexo en Nueva York (Carrie en París, ¿lo recordáis?).

Mejor dejo de divagar, porque ahora podría seguir por ahí y decir que no creo que vaya a ver la segunda película, que si ya la primera era una chorrada, esta lo será más, etc., etc. Es lo que ocurre cuando me pongo delante del ordenador y me pongo a escribir, que no sé quién va más rápido, si mis manos o mi cabeza. Serán mis manos, porque de aquí no está saliendo nada coherente.

Como iba diciendo, mañana es mi último examen. Ya estoy bastante cansada y hoy me he limitado a estudiar por la mañana. Para este examen tampoco hay que estudiar mucho, la verdad...

Y después, libertad. Libertad absoluta. Eso me da un poco de miedo. ¿Qué voy a hacer con tanto tiempo libre? Quizá esa sea una de las razones por las que me he propuesto hacer tantas cosas, como os mencionaba hace dos entradas. Es ese sentimiento de no querer, poder o saber qué hacer. ¿Qué hago? ¿Tumbarme a leer un libro? Por ejemplo. ¿Jugar a la DS? ¿Por qué no? ¿Ir a correr? Ese era mi plan de hoy, pero ha venido el bajoncillo que viene de vez en cuando, y... bueno, siempre quedarán los domingos de jugger para correr. Aunque tenía mucha energía acumulada... Pero mi problema es que, como no tenga un destino fijo (tipo "ir a clase, hacer un examen", o "ir a comprar tal cosa", o "quedar con tal persona"), me cuesta muchísimo salir de casa. Qué le vamos a hacer.

Siento este desvarío tan tremendo. Hacía tiempo que no os daba la lata así. Por eso espero no tener mucho tiempo libre este verano, más que nada por vosotros, porque lo vais a sentir con tanta pesadez en forma de entradas. Supongo que mis subidas y bajadas de ánimo se deben a echar demasiado de menos a... Mejor paro, no quiero que mi blog se convierta en algo cursi o sentimentaloide: los tekas los dejamos para lo privado.

En fin, que para evitar el bajoncillo de hoy, he cogido por banda el Cocina conmigo y he hecho dorayakis. Esta vez me han quedado más consistentes, la verdad. La forma no es perfecta, pero estaban bastante  buenos. Y les he puesto Nocilla. La verdad es que la Nocilla la he comprado para mañana, porque tengo examen a las diez de la mañana y, como me conozco, quiero evitar que me rujan las tripas, que es lo que terminará ocurriendo, tarde o temprano.

Y lo voy a dejar aquí, que no quiero extenderme más. Además, tengo la vista algo cansada, será de tantas horas en el ordenador. Gracias por leer y comentar.

A un examen del final (o del comienzo, según se mire),

Genrou.