... No hay nada mejor que empezar las vacaciones con un buen trancazo; como no soy experta en el tema, no puedo llamarle "gripe" o "resfriado", así que me quedaré con "trancazo", que define perfectamente mi estado y del que no hace falta hablar.
En realidad, hoy tampoco traigo ningún tema interesante. Es una pena: antes se me ocurrían cosas que podían interesar más o menos, pero, últimamente, nada... Sí, se admiten sugerencias, pero también quiero un poco de tiempo. Qué horror. Y lo más triste es que estoy escribiendo, una vez más, desde clase. ¿Saldré a la hora o, una vez más, nos sacará tarde? En cualquier caso, escribir aquí es una manera de entretenerme... Claro que antes escribía entradas para entretenerme yo y para entreteneros a los que me leíais (por cierto: me temo que el número ha descendido)...
Pausa para sonarme y para escribir lo que ha dicho.
Lástima, estas pausas bruscas me hacen perder el hilo... Aunque, ahora que lo pienso, hubo un tiempo en el que me guiaba quizá demasiado por estos desvaríos...
Pues, para terminar esta entrada tan insustancial (prometo intentar centrarme en un solo tema que, además, será interesante), diré que ya ha llegado ese día en el que, de repente, cuando entras en una tienda (o en un restaurante, o donde sea), automáticamente te desean feliz Navidad... Y tienes que decir el "igualmente" para no quedar como una maleducada, a pesar de que te parece una chorrada o de que, directamente, ni te habías dado cuenta... Porque sí: desgraciadamente, ya ha llegado la Navidad (ya lo ha dicho el Corte Inglés) y todo está iluminadito y precioso.
Pausa para copiar. Qué rollo...
De todas formas, tengo poco que añadir. Espera: ¿he dicho algo como para poder decir que después "añado"? En fin, podría dedicarle una entrada a mi visión de la Navidad, pero me confundiríais con los personajes malvados y huraños de las series de dibujos (Disney, preferentemente), y no es esa mi intención.
Así que sin haber añadido ni cambiado nada, me despido. Intentaré (lo prometo una vez más) que mis entradas vuelvan a tener interés (no que sean interesantes, quizá eso es demasiado pedir).
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