Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Como ya pasó todo...

Ayer por la noche, haciendo limpieza de mensajes en el móvil, me encontré con uno de mi madre: «Eres demasiado estupenda como para estar sola. Ten un poco más de paciencia.» Eso me lo repetía con mucha frecuencia; cuando tenía 12 años, la creía, pero con 14, 15, 16 empecé a dejar de hacerlo.

Sin embargo, una vez más tuvo razón. Cuánto ha cambiado todo desde entonces. Ya he hablado de esto unas cuantas veces, pero dejadme hacerlo una vez más, que creo que me lo merezco.

¿Y por qué ahora esto, de repente? Pues porque me ha hecho gracia leer el mensaje.: tenías razón, como siempre. Y no tengo mucho más que contar, simplemente me apetecía decir esto. De vez en cuando me acuerdo del instituto, y aunque me entra la tristeza, también tengo el sentimiento de estar orgullosa de mí misma porque supe afrontar y superar esa época tan dura, y salí victoriosa y reforzada: ¡no cambiaría nada de lo que ocurrió!

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