Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Irlanda: Diciembre de 2009: 21/XI/2009 (Introducción)



Por fin estoy en el avión, después de una larga miniodisea que emepzó con una equivocación de terminal y que finalizó (¿o todavía no ha terminado?) con un retraso de una hora y cuarto (exactamente). Vale, con Ryanair no tienes sitio reservado (mientras no haya overbooking, me da igual...), pero... Al menos, podrían indicar la terminal, ¿no? "Es en la T4, porque todos los vuelos internacionales salen de ahí" (mi madre, sin ir más lejos), dijo mi padre, que se ha ofrecido a acompañarme al aeropuerto. Llegamos a la T4, buscamos el vuelo... Pero no aparece. Preguntamos en información y nos dicen que es en la T1. (¡Mierda!)

Tenemos que coger un autobusito que tardó un montón en arrancar, por cierto. En fin, llegué con tiempo (con tiempo, aunque no de sobra), pasé el contro (¡donde no hubo ningún problema!) y esperé en una interminable cola (interminable de gente y de tiempo). En fin, que parece ser que hubo que cambiar de sitio para despegar o no sé qué rollo, o eso dijo la azafata en un inglés tan rápido incluso, yo creo, difícil de entender para un nativo. Porque en español, nada, como mucho una grabación en un español un tanto extraño.
En cuanto al sitio, tampoco ha habido problemas: en seguida he encontrado uno.

Y ahora, con casi tanta hambre como sueño y después de haber estudiado japonés, estoy escribiendo en mi libreta del pequeño Nicolás. Ya han dicho que nos abrochemos los cinturones. ¿Será que ya vamos a aterrizar? No sé, me parece un poco pronto... En fin, ya tengo ganas de llegar y de ver Dublín (y de comer algo típico, de paso).

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