Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será, y un es cansado.

miércoles, 8 de julio de 2009

¡Por fin!

¡Ya estoy en Londres! Como no hay wi-fi en toda la residencia, sino que solo lo hay en la cafetería y en la biblioteca (aunque eso no es lo que ponía), voy a ir escribiendo en un documento de Word y luego, cuando pueda conectarme a internet, lo publico.

Son las 16:32 (hora local, o sea, una hora menos) del domingo 5 de julio de 2009. Hace un rato llegué a la residencia después de un sinfín de aventuras que me han puesto a prueba (a mí, a mi paciencia y a mi inglés).

Os cuento: llego a Londres (en un avión lleno de niños-adolescentes españoles que iban todos a cursos en Londres en los que harán de todo menos hablar inglés), recojo las maletas, etc., etc. Hasta ahí, todo bien. El problema vino después: se suponía que tenía que haber alguien esperándome para llevarme a la residencia, pero no veía a nadie ni con mi nombre, ni con el nombre de la agencia, ni con el de la residencia… Después de un rato dando vueltas como tonta, un señor muy amable (encargado de otro grupo) me preguntó que si me había perdido, etc., y yo le dije que tenía que haber alguien esperándome pero que no había nadie. Así que el hombre me dijo que preguntara en información: y ahí que voy a preguntar. Al final, deciden decir mi nombre por megafonía, a ver si hay suerte… ¡pero nada! El señor tan amable se me volvió a acercar, y como vio que no había manera, me dijo que podía pagar un extra y me llevaban y no sé qué… Al final, he venido con otra chica (que más o menos tenía el mismo problema que yo) en un taxi (que hemos pagado a medias pero que la agencia se encargará de pagar, por supuesto). Después de un ratazo, resulta que esta chica y yo estamos en diferentes residencias pero que están una enfrente de la otra. Luego por ahí cerca debe de andar el centro de estudios, eso lo tengo que preguntar.

En fin, que por fin llego (con un hambre canina) y me enseñan un poco la residencia y demás. He estado mirando los papelitos que me han dado, lo que hay que hacer y demás. Ahora a las cinco se cena (¡a las cinco!), aunque se puede cenar hasta las siete. Como me he tomado unos cuantos aperitivos japoneses, ya no tengo tanta hambre.

Y por ahora, eso es todo, a ver qué tal me va el resto del día y la prueba de nivel de mañana… Aunque ahora, al escribir tanto rato en español, se me va a volver a olvidar el inglés…

Bueno, a ver si puedo publicar esto pronto.

[...]


Veamos… son las siete y media, ya hace un rato que he cenado (qué pronto… y puaj) y… no sé qué hacer. Es domingo y es el primer día, así que no tengo suficiente «arrojo» como para echarme a la calle… De hecho, seguro que muchos no lo tienen. Ya hay grupitos hechos, por cierto, aunque también hay gente que va sola…

Bueno, pues hoy… a ver… me he perdido y no sabía dónde estaba la cafetería (que se dice igual que en español, por cierto), porque en recepción me habían dicho que estaba enfrente y estaba detrás. Una vez dentro, tuve que preguntar por dónde se empezaba, porque estaba perdidísima, y luego he hablado con una chica. Ahora es cuando te das cuenta del nivel que tienes tú y el nivel que tienen los demás… quiero decir que yo nunca consideré mi nivel bueno, pero con la mañanita-tarde que me he echado hoy, mi autoestima ha subido… y ha vuelto a bajar. En fin, a ver en qué nivel me ponen, porque… El caso es que, cosa rara en mí, me he lanzado y he preguntado siempre que he podido… Qué cosas, lo que hace la necesidad… si es que en español no pregunto tanto.

Al llegar a la residencia hay que hacer inventario: te dan un papelito y tienes que poner si todo está bien o si está en malas condiciones. Bueno, hay desperfectillos… yo lo pongo todo por si acaso, que nunca se sabe.

Menos mal que metí algunos capítulos de anime en el ordenador… así tengo algo que hacer, porque vosotros diréis qué hago un domingo por la tarde en el Reino Unido, donde ya has cenado hace un rato y… ¿toca irse a dormir? ¿Ya? A ver qué tal mañana…

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