La mitad de esta entrada merece la pena; la otra mitad, no. ¿Cuál será? ¡Averígualo tú mismo!

Desde que quité el contador (o se quitó, más bien... Bueno, dejémoslo en un término medio), puedo previsualizar el blog las veces que quiera sin sentirme culpable (o simplemente admirarlo en todo su esplendor, según). Eh... ¿Conocéis Unistall, de Bokurano? La escuché en la Kawaii Radio (cómo no). Pues estaba escuchando una versión de Hatsume Miku (cómo no xD). Esto ya está siendo pelín peligroso... Escuché a otro personajillo del Vocaloid (programa que he terminado desinstalando debido al gran fracaso xD), y quizá me gusta más la voz... ¡Pero Miku es más mona!

Como estoy un poco hiperactiva (o elocuente, ya lo decía en el tag, o pesada, o yo qué sé), vamos a escribir un poco más. Mirad que lo siento, queridos lectores. Siempre podéis decir que la entrada muy chula y pasar ampliamente. ¿Hacemos eso? Eh... Estoy harta del "Sigue leyendo", es un verdadero rollo. Como me descuide, se me multiplican los códigos estos y la entrada me sale rara ;_; Aunque ya más o menos me manejo (quién diría que podría llegar a entender el html -al menos, algo, lo mínimo).

¡Ievan Polka cantada por Miku! ¡Genial! xD
Encontré un manga shojo (shojazo, más bien) sobre una relación profesor-alumna... (no uno que se publicó recientemente en España; otro). Pero está en inglés y no me apetece (bastante inglés tengo ya). Y no ha habido más suerte con Hayate... Iba a ver el capítulo pero iban los subtítulos por un lado, la imagen por otro... Así que he visto el capítulo dos de Maou (¡está genial!). Aunque luego lo de Hayate se ha solucionado por sí solo (reiniciando el ordenador, como siempre), pero ya no me ha apetecido ver nada más...
Jooo... Siempre termino hablando de lo mismo... Y yo que quería hablar un poco más seriamente... Venga, hay tiempo. Vamos a ello. Me voy a poner la banda sonora de Zoku Sayonara Zetsubou Sensei (no todas, pero hay buenas canciones ^^).

Si te aburres (o por caridad, o por lástima, o por compasión)...

Una serie de catastróficas desdichas... <- Título provisional debido a su parecido con una ***************

La novelita de Genrou

Prólogo

La semana que viene (creo), empiezo la Universidad. Adiós a la etapa del instituto... Y creo que ya va siendo hora de hablar de ello (quién sabe: ¿llegaré a escribir un libro?). Bueno... remontémonos al dos mil y algo... Yo tenía doce añitos (haced vosotros la cuenta: no es difícil. O no la hagáis, qué más da). Intentaré hacer memoria, porque la verdad es que prácticamente he olvidado toda la ESO... Como los protagonistas de las telenovelas (digo yo), que pierden la memoria y eso.

Con doce años, digo, empiezo el instituto. Allí me encuentro con gente muucho más mayor (si hay desde primero de la ESO hasta segundo de Bachillerato, fijáos). ¡Pero eso no es problema! Todo me fue estupendamente en el colegio: tenía muchos amigos (éramos todos una piña), todos nos llevábamos estupendamente y estaba muy a gusto en clase (llevábamos desde los cuatro años y hasta los doce... uff). Me dio mucha tristeza dejar el colegio, pues allí pasé prácticamente toda mi vida hasta entonces. Allí me enseñaron muchísimas cosas (no como en el instituto) y, gracias a lo mucho que nos exigían (era público, ¿eh? Que quede claro ¬¬), no tuve problemas en el instituto. Además, estaba al lado de casa... No como el instituto. Me empeñé en ir a ese, que está un poco lejos de casa, a media hora en autobús (que se convertía en una cada vez que al señor alcalde de Madrid le daba por cavar zanjas). Imaginaos a una niña sola, cogiendo el autobús a las siete y media, ocho de la mañana, abarrotado este de gente, no cabía ni un alfiler. Y encima, la niña, con una mochila más grande que... Que lo más grande xD Vale, vale, Shin Chan y cualquier niño de cualquier manga van solos a todas partes (al menos, eso parece), pero no quita... Gracias a eso, me puedo mover estupendamente por la ciudad... No digo lo mismo de gente de mi edad y mayor, que llama a sus padres para que les lleven y les recojan... (Para eso, sí les llaman). Me callo y me ciño a la historia, que sé que os tiene muy intrigados. Mentira.

Me separé de mis amigos del colegio, que se fueron a otros institutos (y colegios), y me dirigí a ese sitio nuevo y enorme que me esperaba, allá, en algún lugar de la Mancha (nunca mejor dicho), o no muy lejos de allí. Os daréis cuenta de que me estoy enrollando mucho, pero es que estoy pensando en hacer una "novela por entregas", como ya hizo Galdós, por ejemplo.

Pero, ¡no, no, no! ¡No iba sola! ¡Tuve la grandísima suerte de que una amiga del colegio se fue conmigo! Se metían con ella en el colegio (nada serio, claro), y yo la defendía (por aquel entonces, me tenían mucho respeto, y yo tenía mucho carácter). Qué bien ir con alguien conocido, ¿verdad?

¡Mentira! En serio, cuando tengáis que empezar algo nuevo, es mejor no conocer a nadie. Es muchísimo mejor. Más vale sola que mal acompañada. A esta amiga la llamaremos "G". (Aunque no hay nada que ocultar, nos limitaremos a las iniciales). Otra niña (si con 18 sigo siendo una niña con 12, más), hija de una amiga de mi madre, iba a ir a mi clase, así que quedamos con ella para que no se sintiera sola. Valiente gilipollas. Ya conocía a gente, o la conoció en el momento, no lo sé ni me importa. Luego iremos añadiendo a la lista de hijas de puta a unas cuantas. Siento ser así (así soy en la realidad), pero no me voy a andar con rodeos (aunque no paro de irme por las ramas). Primer día, la presentación. Ahí es donde comienza mi historia (donde comenzó hace cincuenta párrafos). Supongo que os situáis. Nos llevan a una clase, nos sientan, nos pasan lista... Menuda pinta de gilipollas que tiene la tutora. Eso no lo pensé porque por aquel entonces no decía palabrotas (ya dije que era muy... ¿ingenua?), pero ese era el sentido.

Cuidado, no llames la atención, no sea que vayas a causar alguna mala impresión... Cuidado, cuidado, no sea que lo vayan a descubrir... Y entonces, será mi perdición.

Cuánta razón había en mis palabras. ¿Y sabéis por qué? Esto no es un manga, ni una novela, ni una serie de esas de estudiantes que ponían en la tele cuando yo era pequeña (aunque ahora también las ponen). Esto es de verdad.

¿Qué era eso que tenía que ocultar a toda costa? ¿Era para tanto? ¿Conocéis a Galdós? ¿Sabéis que en el siglo XIX estaban muy de moda las novelas por entrega, que se publicaban por capítulos en los periódicos? (Entonces, los periódicos no eran tan mierda). Pues eso es lo que voy a hacer. Cada día, un poquito. Así os mantengo enganchados. Y luego, corta-pega y lo mando a una editorial.

Próximamente...

El secreto de Genrou. ¿Es fácil guardar un secreto? ¿Cómo saldrá a la luz? ¿Qué pasará con la pobre niña Genrou? ¿Alguien se apiadará de ella?